Criptomonedas con más futuro en 2023
Nos ha parecido interesante comenzar este artículo con algunas cifras de carácter general sobre las criptomonedas: en la actualidad, existen más de 21.000 distintas. No obstante, más de la mitad están ‘muertas’ (no están operativas y/o carecen de valor alguno), lo que reduce la cantidad a unas 9.300 cryptos distintas.
Otro dato curioso es el número de usuarios que manejan criptodivisas de un modo u otro (trading, compraventa de artículos digitales, etc.): en torno a 300 millones en todo el mundo. Sin duda, solo atendiendo a esta información es posible hacerse una idea aproximada de la relevancia de las llamadas divisas digitales.
Factores de futuro
Durante los últimos años hemos asistido a buscar fluctuaciones en los precios de la mayoría de criptodivisas, por lo que a día de hoy son pocos los que se atreven a hacer predicciones rotundas sobre este o aquel token.
No obstante, son varios los factores que influyen a la hora de determinar si una criptomoneda tiene o no futuro. De entre dichos condicionantes, hay dos que, a nuestro juicio, tienen un mayor peso que el resto:
- Las tendencias en el sector tecnológico.
- Los movimientos de las grandes entidades.
Asimismo y obviamente, la naturaleza de cada criptomoneda (su objetivo, sus funcionalidades, su mecánica, su evolución, etc.) juega un papel crucial en relación a su futuro a medio y largo plazo.
En definitiva, todos estos aspectos han influido en el posicionamiento privilegiado que ocupan en el mercado las siguientes criptomonedas: aquellas que tienen un futuro más prometedor.
Bitcoin (BTC)
Como no podría ser de otro modo, Bitcoin (BTC) sigue encabezando la lista de criptomonedas con más futuro. Además de ser la primera de su especie, la divisa digital nacida en 2009 se ha mantenido desde entonces como la más popular a lo largo y ancho del globo.
Esta fama ha propiciado que la demanda de Bitcoin continúe al alza en la actualidad. Esto se debe, sobre todo, al plus de confiabilidad que aporta dicha popularidad, aunque también contribuyen a ello la versatilidad y la accesibilidad del criptoactivo.
El hecho de que se pueda comprar, vender e intercambiar BTC en prácticamente todos los exchanges (o plataformas de intercambio) hace que sea muy asequible para cualquier persona. Asimismo, Bitcoin es la criptomoneda con más presencia en el mundo real: cada vez son más los comercios y servicios ‘físicos’ que la aceptan como forma de pago.
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Ether / Ethereum (ETH)
Aunque el nombre Ethereum suele utilizarse para referirse a una criptomoneda (ETH), esta denominación no es del todo correcta: Ethereum es tanto una plataforma como la tecnología que esta utiliza, mientras que Ether (ETH) es el nombre de su token nativo.
En consecuencia, para explicar por qué el Ether (ETH) es una de las criptomonedas con más futuro es preciso entender qué es Ethereum, al menos por encima. Una manera efectiva y simple de explicarlo es comparar esta plataforma con Bitcoin.
La principal diferencia entre ambas es que, mientras que el BTC fue concebido fundamentalmente como método de pago (como una divisa fiat pero digital y ‘optimizada’), Ethereum nace como una plataforma destinada a mejorar ámbitos de muy diversa índole relacionados con la manera que tenemos de interactuar con el universo digital.
Lanzado al mercado en 2015, Ethereum se caracteriza por ser un sistema de código abierto basado en la tecnología blockchain. Tiene dos funcionalidades esenciales: ejecutar contratos inteligentes y servir de base para la creación de apps descentralizadas (DAPs) por parte de terceros desarrolladores.
El Ether (ETH) sirve tanto para la compraventa y el intercambio dentro de la red Ethereum, como para operar como criptomoneda ‘al uso’. En 2021, el ETH registró el precio más alto de su trayectoria: casi 4.500$. Desde entonces, su valor ha ido descendiendo progresivamente: en diciembre de 2022, un ETH rondaba los 2.000$.
Sin embargo, el interés por esta criptodivisa sigue siendo altísimo: el auge de los NFTs, el Metaverso y el advenimiento de la Web 3.0 sitúan al Ether (ETH) como una de las criptomonedas con más futuro.
Otra prueba de la fortaleza de ETH (y de la confiabilidad que genera en la comunidad crypto) es la gran cantidad de proyectos emergentes que han elegido este token como único método de pago para adquirir nuevas criptomonedas. Buen ejemplo de ello son las plataformas Dash 2 Trade (D2T) o RobotEra (TARO).
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Cardano (ADA)
Otra de las criptomonedas que más se revalorizó en 2021 fue ADA, el token nativo de la plataforma Cardano. Esta tiene una gran semejanza con Ethereum, solo que Cardano está esencialmente centrada en un objetivo más acotado: solucionar los problemas surgidos en otras cadenas de bloques (o blockchains).
Tanto la plataforma como su token ADA salieron al mercado en 2017. Aunque su evolución ha sido más bien lenta desde su nacimiento hasta el día de hoy, es innegable que el ecosistema de Cardano ha crecido de forma sostenida y que su posicionamiento en el mercado cripto es sólido.
La imparable proliferación de nuevas tecnologías y la omnipresencia de aplicaciones basadas en blockchain presagian un futuro muy alentador tanto para Cardano como para su criptomoneda ADA.
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Solana (SOL)
Solana (SOL) es otra de las criptomonedas más rentables en la actualidad. Aunque en 2021 alcanzó el cuarto puesto en la lista de las criptodivisas más valiosas, su precio ha ido disminuyendo de forma progresiva con el paso de los meses.
Al igual que Ethereum y Cardano, Solana (SOL) se basa en una blockchain descentralizada concebida para la creación de apps de gran escalabilidad y uso sencillo.
Además de los contratos inteligentes, esta criptomoneda se rige por los protocolos de consenso Proof of Stake (PoS) y Proof of History (PoH). La principal mejora que aporta Solana en comparación con sus competidoras es la eficiencia a la hora de efectuar transacciones en línea.
Solana (SOL) no solo es muchísimo más rápida, sino también más barata y respetuosa con el medio ambiente. Soporta alrededor de 60 mil transacciones por segundo, lo que la convierte en la cadena de bloques de mayor escalabilidad y rendimiento a día de hoy. Todos estos factores propician que siga siendo una de las criptomonedas con más futuro.
Y es que este último aspecto (la concienciación medioambiental) es cada vez tenido más en cuenta, tanto por las empresas de cualquier sector como en el ecosistema crypto. Prueba de ello son proyectos centrados exclusivamente en el fomento del respeto del medioambiente, como C+Charge (CCHG) o Immopet (IMPT).
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Binance Coin (BNB)
Binance Coin (BNB) es el token nativo del exchange Binance. Dado que esta plataforma no ha parado de crecer desde su salida al mercado en 2017, el valor de su criptomoneda ha ido aumentando de forma paralela.
Binance es desde hace tiempo la plataforma de intercambio de criptodivisas más grande del mundo. Su adaptación a las regulaciones de los países en los que opera y su constante adopción de los recursos tecnológicos más punteros sitúan a este exchange a la vanguardia del panorama cripto.
Binance Coin (BNB) ocupa la tercera posición en el ranquin de criptomonedas con mayor capitalización de mercado, solo por detrás de Bitcoin y Ethereum (sin tener en cuenta a la stablecoin Thether USDT).
Entre las principales funcionalidades de Binance Coin (BNB) destacan las siguientes:
- Dentro de Binance, BNB permite operar con criptomonedas reduciendo (e incluso eliminando) las comisiones.
- Abre la puerta a la concesión de préstamos por parte del exchange.
- Facilita la inversión mediante holding y staking.
- La quema sistemática de tokens conlleva un aumento progresivo del valor de Binance Coin (BNB).
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Ripple (XRP)
Apodada como ‘la criptomoneda de los bancos’, Ripple (XRP) sigue siendo una de las criptodivisas con más futuro. Su principal utilidad es la de servir como moneda de cambio en las transacciones entre divisas fiat y activos digitales.
Las operaciones efectuadas con Ripple (XRP) conllevan comisiones más reducidas, así como un menor tiempo de espera. Ello ha propiciado que muchas entidades financieras adopten su uso para realizar sus operaciones internacionales de manera más rentable.
No obstante, Ripple (XRP) ha recibido críticas desde que irrumpió en el mercado. Muchos usuarios no la consideran criptomoneda debido a su alta centralización y a la ausencia de blockchain en su mecanismo de funcionamiento.
Con todo, Ripple (XRP) se ha mantenido mucho tiempo dentro del top 10 de las criptomonedas que generan más volumen de negocio, por lo que su importancia dentro del panorama digital como actor relevante es indiscutible.
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Dogecoin (DOGE)
Dogecoin (DOGE) es la memecoin más popular y valiosa del mercado cripto. Nació en 2013 casi a modo de broma: sus creadores la desarrollaron con motivo del auge (desproporcionado y casi ridículo según dichos creadores) masivo de nuevas altcoins.
De toda esta lista y curiosamente, puede decirse que Dogecoin (DOGE) es la criptomoneda más parecida al Bitcoin (BTC). Aunque en sus inicios era utilizada como divisa para donaciones benéficas, con el tiempo ha ido posicionándose en el mercado, sobre todo gracias a la enorme inversión de celebridades como Elon Musk.
En la actualidad, Dogecoin (DOGE) es sobre todo usada para el envío de dinero online sin la necesidad de pasar por terceros (P2P), lo que supone un ahorro de tiempo y comisiones. Asimismo, ha acabado por ser un activo atractivo de cara a la inversión, al igual que la criptomoneda a partir de cuyo código surgió, el Bitcoin (BTC).
Autor/a
Siro
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